Cuando abrazamos a un ser que amamos mucho, por ejemplo los hijos o acariciamos a una mascota, nuestro cuerpo libera hormonas de bienestar que nos ayudan a bajar el estrés y a sentirnos tranquilos y en calma.
Abrazar a alguien que amamos o acariciar a una mascota puede desencadenar una serie de reacciones en nuestro cuerpo, tanto físicas como emocionales.
Cuando abrazamos a alguien, se liberan hormonas como la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", que puede reducir el estrés y promover la sensación de bienestar.
Además, los abrazos pueden disminuir la presión arterial y aumentar la producción de endorfinas, lo que nos hace sentir más felices.
Incluso imaginarse abrazando a alguien puede activar estas respuestas físicas y emocionales, ya que el cerebro no siempre distingue entre la realidad y la imaginación cuando se trata de experiencias emocionales intensas.
En un momento de estrés, de angustia o de tensión, cierra los ojos e imagina que abrazas a esa persona que amas de manera incondicional o que estás con una mascota por la que sientes mucho amor, esto va a crear una química de bienestar en tu cuerpo que te hará sentir mejor