Desde tiempos antiguos, las personas han buscado símbolos u objetos especiales que las acompañen y les recuerden su fuerza interior. A esos objetos se les llama amuletos, y no solo son piezas bonitas para llevar, sino que también pueden convertirse en aliados de nuestra belleza.
Un amuleto es un objeto al que se le atribuye la capacidad de atraer energías positivas y protegernos de las negativas. Puede ser una piedra, una joya, un colgante, una pulsera, o incluso un objeto natural como una semilla o una concha. Lo más importante es la intención que depositas en él: la energía que tú le das es la que lo convierte en algo especial.
La belleza verdadera nace de la energía que proyectas. Si quieres potenciarla con un amuleto, puedes elegir uno que simbolice luz, armonía y amor propio.
Un ejemplo perfecto es el cuarzo rosa. Esta piedra es conocida como la piedra del amor y la ternura. Al llevarla cerca del corazón (en un collar) o en contacto con la piel, se dice que favorece la calma y la dulzura, te conecta con el amor propio y refleja esa serenidad en tu rostro y en tu manera de relacionarte.
Tu cuarzo rosa, cargado con la intención de amarte y embellecerte, se convierte así en tu amuleto de belleza, recordándote todos los días que la verdadera luz está en ti.
Antes de usarlo, sostén tu amuleto en tus manos, respira profundo y repite en voz baja: “Este amuleto potencia mi belleza interior y exterior. Soy luz y amor.”
Esto puedes hacerlo con algún objeto que tenga un significado especial para ti.